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Metano Verde

Especial referencia al transporte marítimo 

Agenda 2030: ODS nº 7 y 13

El metanol (CH₃OH) o alcohol metílico, es un compuesto químico con multitud de aplicaciones industriales. Su estado es líquido a temperatura ambiente , por lo que resulta muy sencillo de transportar y almacenar. Sin embargo, la mayor parte del metanol se produce a partir de gas natural, lo que conlleva emisiones de gases de efecto invernadero.

Al igual que ocurre con el hidrógeno, el metanol se clasifica en función del grado de sostenibilidad de la materia prima utilizada para su producción. Así se habla de metanol gris, azul y verde. El metanol gris se obtiene por reacción de síntesis a partir del metano presente en el gas natural o incluso del carbón. El metanol azul se obtiene también del gas natural, pero incluye como parte del proceso la captura y almacenamiento del carbono generado durante su producción, convirtiéndolo en un producto menos contaminante.​  

 

Por el contrario, el metano o metanol verde, es un gas natural renovable producido a través de la descomposición de materia orgánica en ausencia de oxígeno, siendo una de sus variantes generada a partir de hidrógeno verde. Este proceso se conoce como digestión anaerobia y ocurre de forma natural en pantanos y otros ecosistemas, así como en instalaciones controladas como plantas de tratamiento de aguas residuales, vertederos o plantas de biogás.

El metano verde es considerado una forma de energía limpia debido a su bajo contenido de carbono y su capacidad de reemplazar los combustibles fósiles. 

Dentro del metano verde, nos encontramos con el  biometanol,  producido a partir de la gasificación de biomasa procedentes de la basura generada en las ciudades o restos de la industria agrícola o forestal y con el e-metanol producido a partir de hidrógeno o verde y de dióxido de carbono capturado, conocido este último como metanol renovable.

 

Se espera que el metano verde tenga impacto en muchos sectores y entre otros en el transporte marítimo, sometido al régimen de comercio de derechos de emisión a partir del 2024. Actualmente,  el principal combustible alternativo es el gas natural licuado (GNL), que requiere tanques capaces de mantener una temperatura extremadamente fría para conservar su estado.

Este compuesto químico puede utilizarse como combustible líquido bajo en carbono y constituye hoy en día una realidad factible y con grandes perspectivas de éxito como el transporte marítimo. 

El transporte es uno de los sectores en los que las emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado notablemente en los últimos treinta años. En 2021, casi el 93 % de la energía empleada en el transporte por ferrocarril y por carretera de la UE procedía de combustibles fósiles. Según la Comisión Europea, las emisiones del transporte deben reducirse un 90 % para 2050, en comparación con las cifras de 1990, para alcanzar la neutralidad climática.

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