"La pandemia de COVID-19 representa una perturbación sin precedentes de la economía y el comercio mundiales, ya que provoca la contracción de la producción y el consumo en todo el mundo" "El comercio mundial de mercancías disminuyó un 14% en volumen y un 21% en valor en el segundo trimestre, en un contexto de confinamiento mundial"
OMC
La OMC ha desarrollado una serie de indicadores para proporcionar información "en tiempo real" sobre las tendencias del comercio mundial. El Barómetro sobre el Comercio de Mercancías, antes denominado Indicador de las Perspectivas del Comercio Mundial, es un índice fundamental que muestra los cambios del crecimiento del comercio mundial entre dos y tres meses antes que las estadísticas sobre el volumen del comercio de mercancías:
Los datos publicados por la OCDE, también son preocupantes:
Los datos publicados por la OCDE, también son preocupantes:
La rápida propagación del virus, calificada ya como pandemia y las medidas, la mayoría de ellas tardías, adoptadas por los gobiernos de todo el mundo, han generado graves consecuencias económicas sin precedente alguno en la historia reciente. La mayor contracción económica desde la segunda guerra mundial, y en el caso de España, se hace necesario retrotraerse a niveles de la guerra civil.
Se interrumpieron gran parte de las actividades productivas, primero en China y posteriormente en Europa, seguido de América del Norte. Esta situación ha generado cierres de empresas y un considerable aumento del desempleo con la consecuente reducción de la demanda de bienes y servicios.
El impacto del COVID en las cadenas internacionales de suministro consecuencia de un mundo cada vez más globalizado, ha sido más que evidente.
La escasez de productos de China durante el confinamiento afectó a las empresas manufactureras de todo el mundo.
El fabricante de Apple en China, Foxconn, tuvo un retraso en su cadena de producción consecuencia de la falta de inputs en el sistema productivo. Algunos fabricantes de automóviles, como Nissan o Hyundai, cerraron temporalmente algunas de sus fábricas fuera de China ante la falta de suministros.
Los ingresos globales de las aerolíneas disminuyeron 5 mil millones de USD solo el primer trimestre de 2020 como resultado de cancelaciones de vuelos, según un informe de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) de la ONU.
La desesperada búsqueda de material (e.g. mascarillas, EPIS, test COVID-19...) en la lucha contra la catástrofe, ha puesto de manifiesto la desmedida dependencia mundial de China, la gran fábrica del mundo y ha dado paso a una más si cabe, encarnizada guerra mundial entre EE.UU y el gigante asiático.
Este recrudecimiento de la guerra comercial entre EE.UU y China, la dimisión del director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), un BREXIT que se avecina a finales de este año bajo unas duras negociaciones y con vistas de alcanzar poco acuerdo en palabras de C. Malstrom, no muestran un panorama muy alentador.
La guerra comercial con China, no solo de EE.UU sino de la propia UE, puede que favorezca y relance el tan ansiado Acuerdo de Libre Comercio UE-USA bloqueado por el Sr. Trump, como única forma de aunar esfuerzos en la lucha contra el país del Dragón que cada vez resulta menos interesante desde una perspectiva comercial y fiscal. Los precios en muchas ocasiones son mas bajos, pero las medidas comerciales que se imponen contra muchos de los productos fabricados en China (e.g. medidas antidumping o medidas antisubvención ), cada vez hacen menos interesante este mercado.
Es interesante el caso de la multinacional Nike o Adidas, que han diversificado parte de sus centros productivos llevándolos de China a Vietnam entre otros países, con lo que pasarán a beneficiarse del nuevo ALC firmado por la UE- Vietnam y evitarán los altos aranceles de algunos de lo productos antes fabricados en China.
" Las relaciones comerciales entre la Unión Europea y Estado Unidos se han dificultado debido a las medidas proteccionistas y nacionalistas de Donald Trump. Las negociaciones sobre el acuerdo de libre comercio e inversiones(TTIP, por sus siglas en inglés) se suspendieron a finales de 2016.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció en marzo de 2018 nuevos aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio. Los eurodiputados consideraron esta decisión “inaceptable e incompatible con las reglas de la Organización Mundial del Comercio”. Además, mostraron su preocupación por los aranceles que Estados Unidos impuso en enero de ese año a la aceituna de mesa de España, principal productor mundial, al considerar que la estaban importando a un precio inferior al del mercado.
Las tensiones aumentaron el año pasado cuando el presidente de Estados Unidos amenazó con imponer aranceles adicionales a los vehículos europeos para proteger la seguridad nacional. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se reunió con Trump en nombre de la UE para debatir la amenaza y acordaron relanzar las conversaciones comerciales"
Fuente: Parlamento UE
Todo ello unido a una creciente red de Acuerdos de Libre Comercio firmados por la UE, más de 70, el último de ellos con entrada el pasado mes de agosto (UE-Vietnam), favorecen las relaciones comerciales con muchos otros países y de momento China queda lejos.
Sin olvidar, la cada vez mayor consciencia social sobre el cambio climático y la tendencia sobre todo en las nuevas generaciones a compras en países respetuosos con el medio ambiente. La ralentización económica y el bloqueo del comercio mundial durante el confinamiento han derrumbado el precio del petróleo que ha llegado hasta a cotizar en negativo en algunos mercados. El COVID también ha traído consigo nuevas normativas en materia de imposición indirecta y ha conllevado que otras que debieran de entrar en vigor en breve, hayan debido ser pospuestas (e.g. importaciones de bajo valor, DAC-6, SILICIE...) ¿Una nueva normalidad en comercio internacional? Tal vez, el COVID-19 también traiga consigo nuevas oportunidades, como la potencial vuelta a la producción en proximidad, la potenciación del uso de nuevas tecnologías como las impresoras 3D para acercar centros de producción o el desarrollo de nuevos ALC que fomenten las exportaciones de bienes españoles. La producción en proximidad, como se ha visto por ejemplo con los suministros sanitarios, se ha convertido en una prioridad. La globalización ya estaba en declive desde hace algunos años, las políticas proteccionistas norteamericanas son un claro exponente, pero la pandemia parece exponer un futuro próximo aún más incierto. La vacuna obviamente moderará este cambio, pero aprendida la lección, el futuro panorama no será en modo alguno el reflejo del pasado. El cierre de fronteras, las restricciones de movilidad, los bloqueos comerciales, la dispensa de controles en frontera para productos sanitarios o ciertas ayudas de estado concedidas a empresas en la lucha para paliar el impacto económico del virus, serían impensables en la antigua normalidad, muchas de ellas por ser simplemente contrarias a los Acuerdos marcos alcanzados en el seno de la OMC. Se hace necesario reorganizar las cadenas de suministro internacionales. Una nueva perspectiva debe ser tenida en cuenta.
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